EL CREDO EN IMÁGENES INSTRUMENTO PARA VISUALIZAR Y PROFUNDIZAR LA FE CRISTIANA

En una entrada anterior explicaba cómo este libro recién publicado podía ser una herramienta idónea para la Nueva Evangelización. En esta quiero mostrar como EL CREDO EN IMÁGENES también tiene mucho que decir para los que tienen el don de la fe.


 El Credo es nuestra esencia, aquello en lo que debemos de creer y que nos identifica como cristianos. Es compartido por diferentes confesiones cristianas. Por ello es también ecuménico, une a todos los que confesamos a Jesucristo como el Señor. Por eso, cuando en la antigüedad un adulto recibía el bautismo, lo recitaba a toda la comunidad mostrando sus propias señas y las que le unía al resto de los creyentes.


Todas las verdades que lo componen son de enorme riqueza y profundidad. Toda una vida dedicada a penetrar en el Credo no podría, ni de lejos, abarcarlo y desvelarlo totalmente. Realmente nos supera. Únicamente al otro lado de la muerte tendremos una comprensión perfecta del mismo.

Esta realidad no debe suponer una razón de desánimo. Antes bien, debe incentivar en nosotros el deseo de una continua reflexión, meditación y contemplación que vaya produciendo una progresiva comprensión iluminada por la fe.


Aquí puede el libro aportar su granito de arena. Supone un intento de visualizar diversos aspectos que componen cada uno de los artículos del Credo. La preparación previa a la realización de las imágenes del libro supuso una búsqueda de lo que el Catecismo y diversos autores han expuesto sobre él. Así, cada una de las imágenes del libro pone el énfasis en uno o varios aspectos de las verdades que contiene. 


Pero el libro da un paso más. Cada foto está acompañada por uno o varios textos cortos de santos padres, papas, santos o del Magisterio de la Iglesia, que ayudan a profundizar en la imagen contemplada, a ahondarla sacándole aún más provecho, a aprehender realidades que podían haber quedado aún ocultas.


Las imágenes nos permiten centrar nuestra atención en detalles que habrían pasado desapercibidos en la mera lectura. Algunas de manera más explícita, otras de forma simbólica, ponen ante nuestros ojos un gesto, un acto, una combinación o simplificación de elementos que también pueden arrojar luz.


Sobra decir que la verdad contemplada supera ampliamente lo que se puede mostrar en una o en un conjunto de imágenes. Por ello, la visualización una vez de una imagen y la lectura del texto o textos acompañantes no la agotan. 


La persona que se sitúa en frente también pone de su parte. El momento de su vida también tiene algo que decir. Un día puede ver unas cuestiones y otro, en circunstancias diferentes, puede revelarle realidades que podrían resultar novedosas en sí mismas o en las consecuencias vitales para esa persona.


El libro entiende que el lector es parte importante, de manera que no todo queda dicho con lo expuesto. Más bien supone un estimulo para que la persona sea parte activa en la comprensión del hecho que se quiere mostrar.


Por todo esto, EL CREDO EN IMÁGENES puede ser instrumento precioso para la comprensión y profundización de la fe de los creyentes.