En la entrada “¿La fotografía de Jesucristo…? Historia de un negativo” (que se puede encontrar en la carpeta Resurrección), exponíamos la historia del descubrimiento del carácter fotográfico de la imagen de la Sábana Santa. Recordemos que todo parece indicar, desde la tradición a las evidencias científicas, que se trata del lienzo que cubrió el cuerpo de Jesucristo durante su estancia en el sepulcro.
En
esa entrada relatábamos cómo el fotógrafo italiano Secondo Pia, en 1898, al
tomar las primeras fotografías del lienzo que hoy se encuentra en la catedral
de Turín, descubrió que la imagen que se vislumbra era una imagen en negativo.
Esto trajo como consecuencia el que la ciencia centrara su atención sobre un
objeto arqueológico que había sido ignorado por ella hasta entonces.
Desde
hace muchos años, la Iglesia es la responsable del sudario. Como es lógico,
debido a su antigüedad y para asegurar su conservación, se encuentra en unas condiciones
especialmente estudiadas y controladas. Solo en algunas ocasiones se llevan a
cabo ostensiones públicas.
Muchos científicos has
solicitado los permisos correspondientes para llevar a cabo investigaciones,
pero estas han sido dadas en muy pocas ocasiones. La más famosa y de la que aún
siguen obteniéndose resultados fue la realizada en 1977. Alrededor de cuarenta científicos de la NASA se agruparon
bajo las siglas SPURT (Shroud of Turín Research Project) para investigar
científicamente la Sábana Santa. Este equipo estuvo dirigido por el Dr. John
Jackson y su compañero el Dr. Eric J. Jumper (profesores de Física y de
Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la Academia de las Fuerzas Aéreas de
Denver, Colorado, y en el Centro de Pasadera –NASA- en Estados Unidos). El 8 de octubre de 1978 comenzó la experimentación directa, que se realizó durante 120 horas
ininterrumpidas.
Una de las pruebas la
realizaron con el
analizador de imágenes VP-8.
Con este instrumento se levantó el mapa de la orografía de Marte. Lo que
obtuvieron fue algo que superaba cualquier tipo de sospecha. Al aplicar el VP-8
descubrieron que la imagen tenía información tridimensional. En otras palabras,
se obtuvo una imagen tridimensional del cuerpo humano que había generado la
imagen de la Síndone. Esto produjo un impacto científico en los investigadores
y sigue produciéndolo en los entendidos en la actualidad.
Recordemos que una fotografía
no tiene información tridimensional, solo bidimensional; si la escanease el VP-8 se obtendría una imagen mosntruosa.
Tengamos también en
cuenta que cuando vemos una fotografía o una película 3D, realmente son el
resultado de dos imágenes distintas obtenidas a una cierta distancia y que,
gracias a unas gafas especiales, nuestro cerebro crea el efecto tridimensional.
La tridimensionalidad de la Sábana Santa es intrínseca al lienzo y está en una
sola imagen, independiente de cualquier componenda que pueda hacer nuestro
cerebro.
Y, ¿cómo pudo producirse esta
imagen? La explicación parcial es que la intensidad
de la imagen en
cada punto es inversamente
proporcional a la distancia a la que había estado el lienzo del cuerpo. El
hecho de que en ningún punto de la imagen la intensidad de la “marca” sea cero
implica que la impronta no pudo hacerse por contacto. Hoy no solo no se puede reproducir
una imagen de este tipo, sino que no se sabe cómo pudo generarse mecánicamente la
imagen.
El Dr. Tambureli (Director de Estudios Electrónicos de
la Univ. de Turín) trabajó por ordenador con la imagen tridimensional obtenida por el equipo SPURT y,
centrándose en la parte de la cabeza, obtuvo el siguiente retrato:
Creo que puede ser interesante
el siguiente video emitido en las noticias de la cadena norteamericana ABC.
Pedimos al Señor que esta
entrada ayude a que sigamos profundizando en los tiempos pascuales que estamos
viviendo.
Sobra decir que ninguna de
estas imágenes han sido realizadas por el equipo de Fotografiar la fe.