El día 6 de enero
celebramos al Epifanía del Señor. Parte del evangelio de este día es el
siguiente: “Cuando nació Jesús, en Belén de
Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en
Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». [… Ellos]
partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se
detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron
de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y
postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron
dones, oro, incienso y mirra.” (Mt
2, 1-2. 8-11).
Y,
¿qué quiere decir Epifanía del Señor?
Nos responde el Catecismo: “La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. Solemnidad de la Epifanía del Señor, Antífona del "Magnificat" en II Vísperas, LH), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos "magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para "rendir homenaje al rey de los Judíos" (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19).”
Nos responde el Catecismo: “La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. Solemnidad de la Epifanía del Señor, Antífona del "Magnificat" en II Vísperas, LH), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos "magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para "rendir homenaje al rey de los Judíos" (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19).”
Aunque
en España, tradicionalmente, es el día en que los Reyes Magos vienen a traer
los regalos a los niños, no olvidemos el motivo principal de la festividad: la
manifestación a todas las naciones del Mesías. Bajo la apariencia de un niño
pequeño y débil, se encuentra la Segunda Persona de la Santísima Trinidad que
se ha hecho hombre para, cumpliendo la voluntad de Dios, salvar a todos los hombres
y mujeres de todos los tiempos, incluido tú, que en estos momentos lees este
blog. Por ser Dios y hombre, es el Señor de todo el género humano y de toda la creación.
He
querido recrear el momento de la adoración de los Magos al niño Jesús con una
perspectiva distinta a lo usual: como verían la escena María y José. Es decir, desde
dentro de la cueva de Belén hacia fuera. Jesús es el centro de la escena y,
perdidos un poco en la oscuridad, se encuentran los Magos de Oriente adorando
al niño y agasajándolo con regalos.
En
la otra imagen he querido centrar la atención solo en el niño Jesús y en el rey
Gaspar. Si nos fijamos en el rostro de Gaspar, no se encuentra mirando al niño
sino a las alturas, en un acto de reconocimiento de la divinidad de Jesús al
referirlo a los cielos. Esta imagen quiere representar la unión de Dios y del
niño Jesús a través de la postura, posición y mirada del rey Gaspar. Así, este
relaciona y une la divinidad y humanidad de Jesús.