Aunque el mes propio de la
Santísima Virgen es mayo, sin embargo todo el mes de agosto está impregnado y
presidido por la festividad de la Asunción. Es, por ello, un mes muy mariano.
Llama la atención la existencia de unos templos pequeños, con características
particulares, dedicados a diversas advocaciones de la Virgen María: las
ermitas. Muchas de ellas se encuentran en lugares elevados, próximos a alguna
localidad. Es maravillosa la devoción que despierta en sus alrededores ―y más
lejos― la presencia de una imagen de la Madre de Dios en lugares como estos.
Peblo de Cabra al fondo y cruz de la última estación del Vía Crucis, al lado de la Ermita de la Virgen de la Sierra (Córdoba, España)
La mayor parte de las imágenes de
las ermitas tienen romerías y diversos actos. Una cofradía-hermandad suele
cuidar de toda la ermita y de las celebraciones que tienen lugar en torno a su
titular.
Aunque hay un goteo continuo de
personas, es especialmente durante los fines de semana y festividades cuando tienen
lugar verdaderas peregrinaciones espontáneas no organizadas. En estos lugares
se producen manifestaciones sencillas pero profundas de lo que es María para
muchos creyentes. Algunos solicitan de su Madre del Cielo aquel milagro que los
médicos no pueden alcanzar o las fuerzas necesarias para poder llevar una gran
cruz. Muchas ermitas tienen zonas dedicadas a recoger agradecimientos por los
favores que la intercesión de Señora ha obtenido. También tienen otros en los
que una vela recoge una petición a María.
Al encontrarse las ermitas en las
proximidades de los pueblos, sus ciudadanos se sienten protegidos por la
mediación de María y elevan sus ojos con frecuencia para dirigirse
personalmente a ella. En algunos lugares como Andalucía, hay tal densidad de
ermitas que se pueden divisar varias a la vez y, algunas veces, unas desde la
cima de las otras. Es como si entre ellas formaran una red mariana que cubriera
toda el área geográfica por la que se extienden.
Ermita de la Virgen de Araceli, en las proximidades de Lucena (Córdoba), vista desde la Ermita de la Virgen de la Sierra (Cabra)
Hace una semana pude visitar una
de estas ermitas, concretamente la de la Virgen de la Sierra, en la localidad
cordobesa de Cabra (España). Nuestro cicerón fue el sacerdote egabrense D.
Vicente Castaner. Algunas de las imágenes tomadas este día ilustran esta
entrada.